Si tienes pendiente el test de tolerancia a la glucosa y curva de insulina, te contamos que consiste en beber – en pocos minutos- una solución de glucosa, generalmente de naranja. Posterior a ello, te deben sacar muestras de sangre, según lo indicado por el médico tratante. ¿Cómo debes prepararte? Aquí te contamos más:
La prueba de tolerancia a la glucosa mide la respuesta del cuerpo al azúcar. Es decir, permite identificar rangos anormales que indican que nuestro cuerpo no está administrando bien la glucosa después de cada comida.
Por lo general, este examen se solicita para diagnosticar diabetes tipo 2, diabetes gestacional o resistencia a la insulina.
Una vez finalizado el examen puedes retomar inmediatamente tus actividades habituales.
Un médico lo puede solicitar por diversas razones. De hecho, es parte de una serie de pruebas propios de un chequeo anual. Sin embargo, cabe mencionar que, con los años, el riesgo de diabetes aumenta, por lo que es importante considerarlo.
Personas con historia de diabetes en la familia, y que tengan un trastorno metabólico, pueden revertir los índices (si tiene rangos levemente altos) realizando actividad física y modificando los hábitos alimenticios. De todas maneras, esto siempre debe ser revisado por un especialista, quien evaluará cada caso.
Se recomienda a partir de los 45 años y, si no existen factores de riesgo, es recomendable hacerlo cada tres años. Ahora, si existen factores de riesgo, se parte antes, según solicitud del médico tratante.