Es uno de los pocos tipos de cáncer que es más común en adolescentes y jóvenes, que en adultos, y sus síntomas suelen confundirse con otras enfermedades. ¿Sabes de qué se trata el sarcoma y ante qué señales es importante consultar con un médico? ¡Te lo contamos!
Imagínate esto: tienes un hijo de 15 años, activo físicamente y amante de los deportes. Un día, te dice que siente un dolor en el muslo, que no cede con el tiempo ni con medicamentos. ¿Qué creerías que puede ser?
Probablemente, pienses que es una contractura o lesión por deporte. Pero, ¿considerarías la posibilidad de que esas molestias están asociadas a un tipo de cáncer, llamado sarcoma?
Aunque generalmente el cáncer es una enfermedad más común en adultos, el sarcoma sólo consta de un 1% de los diagnósticos en mayores de edad, mientras que en niños, adolescentes y jóvenes, los casos de este tipo de cáncer representan el 15% del total de diagnósticos oncológicos.
En una nueva conmemoración del Día Mundial del Sarcoma y con la colaboración del Dr. Pedro Clavería, dermatólogo de Clínica Andes Salud Concepción, te invitamos a informarte sobre este tipo de cáncer que suele desarrollarse de forma silenciosa. ¡Descubre la importancia de detectarlo a tiempo!
Sarcoma: qué es y de qué tipos hay
El sarcoma es uno o más tumores malignos que se presentan en los tejidos conectivos del cuerpo.
Hay diferentes tipos de sarcoma, divididos en dos grandes grupos:
- Sarcomas óseos: se originan en los huesos, afectando principalmente al fémur, tibia y húmero. Es más común en niños y jóvenes.
- Sarcoma partes blandas: afectan a tejidos como músculo, grasa, tendones, ligamentos, nervios, vasos sanguíneos, entre otros. Son más frecuentes en extremidades, abdomen y retroperitoneo, y más usuales en adultos.
¿Con qué condiciones se pueden confundir?
Como suelen desarrollarse en huesos y tejidos blandos, es común que los sarcomas puedan presentar síntomas similares a:
- Desgarros musculares
- Esguinces
- Bursitis o tendinitis
- Artritis
- Quistes o lipomas
- Infecciones o abscesos
5 señales que no debes ignorar
Ya sea si los notas en ti o en tus hijos, es importante tomar en cuenta las pistas que entrega el cuerpo cuando algo no anda bien.
Ante la aparición de uno o más de estos síntomas, debes consultar lo antes posible con un médico traumatólogo:
- Dolor persistente en huesos, músculos o articulaciones: no mejora con antiinflamatorios y molesta más en las noches.
- Bulto o masa que crece progresivamente: puede no doler o acompañarse de molestias al tacto o con el movimiento.
- Hinchazón o inflamación localizada: aparece “de la nada”, sin golpe o lesión previa. También puede acompañarse de calor o enrojecimiento.
- Limitación de movimientos: sensación de debilidad, hormigueo y dificultad para mover una articulación.
- Otros síntomas sin razón aparente: puede ser pérdida de peso involuntaria, fatiga o incluso, fiebre.
Cabe destacar, que los traumatólogos son los médicos que evalúan el dolor articular y muchas veces se acompañan de hemato oncólogos para el estudio y tratamiento. En dermatología es muy poco frecuente encontrar un sarcoma de piel en edad pediátrica. Es una condición que vemos más en adultos.
Diagnóstico: mientras antes, mejor
Como en muchas ocasiones, el sarcoma puede ser un cáncer bastante silente, el diagnóstico temprano toma especial relevancia para un mejor pronóstico.
Por eso, ante sospecha, alguna señal o mejor aún, incluyéndolo en el chequeo preventivo anual, es recomendable hacer una revisión imagenológica, que puede incluir:
- Radiografía
- Resonancia magnética
- Escáner
Si los exámenes entregan resultados que pueden indicar la probabilidad de sarcoma, se realizará una biopsia para confirmar el diagnóstico.
¡Recuerda! En caso de necesitarlo, puedes realizar tus exámenes en los centros médicos y clínicas de la red Andes Salud. ¡La detección precoz es lo más importante!