Junto con prepararnos para el otoño-invierno con la vacunación y medidas de autocuidado, también es importante conocer los síntomas de las enfermedades respiratorias más comunes de esta época, para saber cuándo acudir al Servicio de Urgencia, y así, evitar complicaciones. ¡Infórmate para cuidar tu salud y la de tu familia!
Cada año, el comienzo del otoño marca también la inminente llegada de los meses más fríos, momento en el que debemos aumentar la prevención y el autocuidado, para reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.
En ese sentido, la vacunación contra virus como el de la influenza y COVID-19, es una de las medidas más eficaces para evitar síntomas graves y complicaciones, sobre todo en las personas más vulnerables, como niños menores de 5 años, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
De igual forma, además de las vacunas anuales y las medidas de autocuidado para evitar el contagio, siempre será fundamental conocer las señales de alerta que puedan indicar un estado de mayor gravedad, para acudir al Servicio de Urgencia lo antes posible. ¡Consultar oportunamente puede salvar tu vida!
Enfermedades respiratorias más comunes
Durante el otoño e invierno, aumentan significativamente las infecciones respiratorias por una combinación de factores ambientales, biológicos y de comportamiento.
Sobre esto, el Dr. Erik Dávila, Jefe de Servicio de Urgencias de Clínica Andes Salud Chillán, detalla que “el pasar más tiempo en lugares cerrados, con poca ventilación, se suma a que muchos virus sobreviven más tiempo en condiciones frías y húmedas. Esas mismas temperaturas frías también pueden resecar las mucosas respiratorias, debilitando su función como barrera contra virus y bacterias”.
La proliferación de virus o bacterias puede producir distintas enfermedades, como:
- Resfrío común: generalmente causado por rinovirus o coronavirus estacionales, el resfrío común se presenta con congestión nasal, estornudos, dolor de garganta y tos. Suele ser leve pero puede afectar más a personas con asma o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
- Gripe (influenza): causada por el virus de la influenza tipo A y B, la gripe influenza produce fiebre alta, dolor muscular, tos seca, fatiga, dolor de cabeza y dolor de garganta. Puede derivar a neumonía si no es tratada adecuadamente y sobre todo, en grupos de riesgo. Por eso, vacunarse cada año es esencial.
- Bronquitis aguda: es la inflamación de los bronquios, generalmente causada por virus como adenovirus, virus sincicial y el metapneumovirus. Provoca tos persistente con flema, dificultad para respirar y dolor en el pecho. Puede ser especialmente peligrosa en lactantes y niños menores de 2 años.
- COVID-19: aunque su incidencia ha bajado en comparación con la pandemia, el virus SARS-CoV-2 aún está presente, provocando diversos síntomas, como fiebre, tos seca, fatiga, pérdida de olfato o gusto y dificultad respiratoria. La vacuna anual es fundamental para prevenir complicaciones.
- Neumonía: puede ser causada por virus o por la bacteria Streptococcus pneumoniae, la que produce el tipo de neumonía más común en niños y adultos, y la más complicada. Provoca fiebre alta, escalofríos, tos con flema, dificultad para respirar y dolor en el pecho. Es más grave en niños, adultos mayores y enfermos crónicos.
“Como existe mayor circulación de estos microorganismos, tenemos que tomar conciencia del autocuidado. No olvidar el lavado de manos, taparse la boca al toser o estornudar, evitar el contacto con personas enfermas, ventilar los espacios y tener hábitos saludables, que fortalecen nuestro sistema inmunológico”, recomienda la especialista.
Señales de alerta para acudir al Servicio de Urgencia
Las enfermedades respiratorias pueden ser leves, pero también generar consecuencias graves, sobre todo en personas más vulnerables.
Por eso, debemos estar siempre muy atentos y asistir de inmediato al Servicio de Urgencia si se presentan síntomas como:
- Dificultad para respirar o respiración muy rápida.
- Hundimiento de costillas al respirar (en niños).
- Coloración azulada de labios o cara.
- Fiebre alta persistente o difícil de controlar.
- Tos intensa con silbidos o flema verdosa/amarillenta.
- Decaimiento extremo o somnolencia.
Este otoño-invierno, ¡cuidarnos y proteger a los que más queremos, es prioridad! Recuerda que si tú o alguien cercano muestran señales de alerta, no hay tiempo que perder. En el Servicio de Urgencias Andes Salud, contarás con atención oportuna para entregarte el tratamiento necesario, en el momento preciso. ¡Te acompañamos 24/7!