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¿Por qué se contracturan los músculos y cómo aliviarlos? 

Dolor, tensión y dificultad para hacer los movimientos con normalidad. Estos son algunos de los síntomas característicos de las contracturas musculares, fenómeno bastante común y que puede ocurrir por distintos factores. ¿Sabes cómo reconocerlas y tratarlas? En Andes Salud, te contamos más detalles.  

Los músculos son esenciales para el funcionamiento del organismo y se dividen en tres tipos: los músculos esqueléticos, que son los que producen movimientos voluntarios, el músculo cardiaco que actúa de forma autónoma y el liso o visceral, que está en las paredes de algunos órganos. 

Cuando hablamos de contracturas musculares, generalmente nos referimos a aquellas asociadas a los músculos esqueléticos, ya que son los involucrados en el movimiento de huesos y otras estructuras, como los ojos. 

“Las células o fibras musculares tienen como característica principal, la capacidad de contraerse y generar fuerza. Están compuestas de distintos elementos, como las miofibrillas, formadas por actina y miosina, filamentos proteicos que permiten la contracción muscular, el sarcoplasma y el núcleo. El músculo también cuenta con el tejido conectivo, vasos sanguíneos y nervios”, explicó el Dr. Roberto Leal, Traumatólogo en Andes Salud Chillán

 

¿Qué son las contracturas musculares y por qué ocurren? 

Tal como indica su nombre, una contractura muscular ocurre cuando un músculo o alguna de sus fibras trabaja de manera inadecuada, manteniendo de forma permanente e involuntaria la contracción, dejándolo en continua tensión. 

“Cuando el músculo se contrae y no logra distenderse como lo haría normalmente, la zona puede volverse dura, sensible al tacto y al movimiento, con abultamientos conocidos como “nudos”. Además, por la falta de irrigación sanguínea en la zona, pueden acumularse sustancias de desecho del músculo, generando dolor, rigidez, inflamación e incomodidad”, explicó el profesional. 

Dentro de los principales factores que pueden gatillar contracturas musculares, están:

  • Sobrecarga muscular: cuando un músculo se utiliza en exceso o se somete a una tensión continua, como ocurre en la práctica de deportes intensos o actividades físicas repetitivas, los músculos pueden contracturarse. 
  • Postura incorrecta: mantener una posición incómoda o incorrecta durante un período prolongado puede llevar a la contracción de ciertos músculos, causando contracturas. Esto es común en trabajos que requieren estar sentado durante largos periodos de tiempo.
  • Estrés: el estrés emocional puede desencadenar la tensión muscular y las contracturas, especialmente en la zona del cuello y los hombros.
  • Lesiones: lesiones musculares, como tirones o desgarros, pueden provocar contracturas en los músculos afectados como una respuesta de protección del cuerpo.
  • Sedentarismo: la falta de actividad física puede debilitar los músculos y hacer que sean más propensos a las contracturas. 

 

¿Cómo tratar una contractura muscular en casa? 

El tratamiento de una contractura muscular en casa puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la recuperación. 

Como comentó el Dr. Leal, “uno de los puntos más importantes cuando se trata de recuperarnos de contracturas, es el descanso. Tenemos que darle tiempo al músculo afectado para recuperarse y no seguir sobrecargándolo, ya que eso empeorará la contractura”. 

Además de descansar e interrumpir las actividades, hay otras acciones que ayudarán a la recuperación de las fibras musculares, como: 

  • Aplicar calor: puede ayudar a relajar los músculos y mejorar el flujo sanguíneo. Puedes usar una almohada térmica, un guatero o una compresa caliente. Aplica calor durante 15-20 minutos varias veces al día.
  • Masaje: un suave masaje en el área afectada puede ayudar a relajar el músculo y reducir la tensión. Usa movimientos suaves y circulares, evitando presionar demasiado fuerte. 
  • Estiramientos suaves: estira suavemente el músculo afectado, manteniendo la posición durante 20-30 segundos. No fuerces el estiramiento; debe ser cómodo y no causar dolor adicional. 
  • Hidratación y nutrición: toma suficiente agua para mantener una buena hidratación, ya que la deshidratación puede contribuir a la formación de contracturas. También asegúrate de mantener una dieta equilibrada rica en nutrientes que apoyen la salud muscular. 
  • Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): si es necesario, puedes tomar medicamentos de venta libre como ibuprofeno o naproxeno para reducir la inflamación y el dolor. 

Recuerda que si el tratamiento en casa no alivia tus síntomas, es recomendable que consultes con un especialista para evaluar tus contracturas y la existencia de alguna patología que pueda estar provocándolas o agravándolas. ¡En Andes Salud, podemos ayudarte!

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